martes, 8 de diciembre de 2009

El pueblo de las candelas


San José Guayabal, en el departamento de Cuscatlán, no sólo se caracteriza por su famosa romería en honor a Jesús del Rescate, sino también por la fabricación de coloridas velas y pequeñas figuras de estearina.

En San José Guayabal, el personaje religioso al que sus pobladores le brindan honor y veneración es Jesús del Rescate, representado con un pequeño Cristo crucificado.

Su imagen se halla en un estilizado altar de madera, rodeada de flores y pequeñas figuras humanas hechas de cera (de aproximadamente 10 centímetros). A los costados de la amplia iglesia también se encuentran otras imágenes de santos y vírgenes, iluminadas por velas blancas y amarillas.

Estas candelas y las figuras de estearina (cuerpos , ojos, brazos, corazones o piernas) son colocadas por los feligreses al pie de las imágenes, ya sea como una muestra de agradecimiento por favores recibidos o como un regalo al momento de pedir algún milagro.

Tanto los pequeños cirios como las figuras de cera son fabricadas en esa población por mujeres, hombres y niños, quienes día a día se preocupan por rescatar esa tradición. La elaboración de estos productos es el principal patrimonio de esa localidad.

Mucha dedicación

En este pueblo son aproximadamente 15 las familias que se dedican a la elaboración de esos productos religiosos en los barrios El Niño, San Agustín y La Virgen.
Una de estas fábricas pertenece a doña Isabel Ramírez, de 63 años, quien por cinco décadas se ha dedicado a preservar esta tradición.

Ella, junto a dos de sus hijos, trabaja mañana y tarde en su pequeña vivienda, dando forma a las coloridas velas, que son adornadas con delgadas tiras de papel esmaltado.
“Desde que tenía 15 años aprendí a hacer velas. Una tía mía se enseñó a elaborarlas. También fabricamos las figuritas de estearina y candelas de cebo”, comenta con una amplia sonrisa.

Según esta experimentada artesana, la fabricación requiere de mucho esfuerzo, dedicación y precaución.
“Al momento de trabajar debemos tener cuidado de no quemarnos con la cera caliente”, añade.

Proceso cálido

En la actualidad, el proceso empleado en la fabricación de velas es el mismo utilizado desde hace ya varias décadas. Para su elaboración se utiliza hilo grueso, parafina, pintura en polvo y papel estaño. En algunos casos se emplean estampitas religiosas para adornar los cirios.

En la orilla de una rueda de metal (que cuelga desde un alambre o un árbol) se cuelgan los trozos de hilo previamente encerados. Luego a cada una mecha se le aplica de cinco a diez baños de estearina caliente hasta tomar el grosor deseado.

Para la fabricación de los figuras se utiliza estearina amarilla y moldes especiales hechos de barro.
Según doña Isabel, la producción de velas es variada. Algunas veces elabora hasta 800 candelas diarias, cuyos precios oscilan entre ¢1.00 y ¢12.50.

Las velas de San José Guayabal no sólo son vendidas en su romería, sino también en otras festividades religiosas, como las realizadas en San Antonio del Monte, San Ramón y El Rosario (Cuscatlán).
La fabricación de velas es una tradición que se niega a desaparecer en esta pintoresca población. Y es que gracias a estos objetos de cera, muchos feligreses tienen la oportunidad de iluminarse y de brindarle gratitud a Dios, a sus santos y a las vírgenes.

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